El caso que estremeció al mundo en 1996 parece finalmente encaminarse hacia su desenlace. El reciente empuje de la Policía de Boulder, liderado por el flamante jefe Stephen Redfearn, reavivó las esperanzas de desentrañar el misterio que envolvió la muerte de JonBenét Ramsey.
La pequeña reina de belleza, de apenas seis años, fue hallada sin vida en el sótano de su hogar. Su cuerpo, abandonado sobre un montón de ropa, revelaba la brutalidad de su destino: un cráneo fracturado y un improvisado garrote incrustado en su cuello, elaborado con un pincel roto.
Este crimen, cuya investigación se vio empañada por errores e incompetencia, recobró protagonismo gracias a una confesión explosiva dentro del cuerpo policial. “Arruinamos el caso desde el principio, y ahora, con sangre nueva, finalmente podemos arreglarlo”, admitió un oficial al New York Post.
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El pedófilo que afirma haber asesinado a JonBenét Ramsey “desapareció de la faz de la tierra”
Redfearn, quien asumió el mando a principios de 2024, no perdió tiempo en posicionar la resolución del asesinato como una prioridad. “Quiere cerrar este expediente que ha sido una mancha negra para la policía de Boulder”, reveló un integrante de la fuerza. A pesar de décadas de estancamiento, el optimismo parece haber resurgido. “Sentimos que está al alcance de la mano. Esperamos que 2025 sea nuestro año”, agregó.
Mientras tanto, la plataforma Netflix contribuyó a renovar la atención pública con su documental “Cold Case: Who Killed JonBenét Ramsey”. Esta producción revivió el interés masivo en un caso que, desde el inicio, estuvo plagado de teorías controvertidas y acusaciones infundadas.
Desde el comienzo, las sospechas recayeron sobre los propios padres de la niña, John y Patsy Ramsey, y su hermano mayor, Burke. Pero las pruebas de ADN los exoneraron en 1997, un hecho ratificado formalmente en 2008. Sin embargo, el estigma y el escrutinio público persistieron.
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El padre de JonBenét, John Ramsey, hoy con 80 años, no oculta su frustración. En una entrevista reciente, criticó abiertamente la negativa de la policía a aceptar ayuda externa. “Esa ha sido su mayor falla”, sostuvo. También instó a las autoridades a analizar elementos de la escena del crimen que jamás fueron examinados y a aplicar las más avanzadas técnicas de genealogía genética.
A pesar de los esfuerzos actuales, los avances siguen siendo esquivos. “El manejo de las pruebas siempre fue un desastre”, reconoció el exjefe de policía Mark Beckner en un foro de Reddit en 2015, avivando la polémica en torno a la falta de profesionalismo en las primeras etapas de la investigación.
La investigación del crimen de JonBenét Ramsey, entre la esperanza y el descrédito
El asesinato de JonBenét Ramsey no solo arrastró a la Policía de Boulder a un pozo de descrédito, sino que dejó una herida abierta en toda la comunidad. Hoy, bajo el liderazgo de Redfearn, la fuerza busca reivindicarse.
“La afirmación de que no estamos persiguiendo pistas viables es completamente falsa”, declaró el jefe en un intento por contrarrestar las críticas. Sin embargo, las expectativas son altas y el margen de error, prácticamente inexistente.
Mientras los investigadores trabajan contrarreloj, la familia Ramsey observa el panorama con cauteloso optimismo. “Con los recursos y la mentalidad adecuados, sigo creyendo que la justicia es posible”, afirmó John Ramsey.
El desenlace de esta tragedia está aún por escribirse. Pero una cosa es segura: el caso JonBenét Ramsey seguirá siendo una prioridad para Boulder y un recordatorio de los costos de la impericia policial.
ng / ds