De vuelta a El Arcángel, ese lugar donde el fútbol fluye y el Córdoba CF parece haber descifrado la clave del éxito esta temporada. Después de más de un mes sin saborear las mieles de la victoria era lo que se demandaba: un paso adelante frente a un rival directo, que sirviera tanto para recobrar la moral como para llevarse una final anticipada. Del dicho al hecho fue para los de Iván Ania, que cambiaron la imagen, dominaron y superaron con autoridad a un Tenerife (2-0) zarandeado hasta la extenuación, al que solo perdonó la falta de atino blanquiverde de marcharse con una goleada aún mayor. «Buscábamos la victoria, la hemos conseguido, con un marcador amplio, hemos conseguido dejar la portería a cero, dejar al Tenerife casi sin ocasiones. La sensación es de que estábamos teniendo el control total del juego. Fuimos muy superiores al rival. Hoy es un día muy positivo para todos», expresó el entrenador tras el encuentro.
El partido deseado
Y es que los califas se adueñaron del cruce casi desde el principio. Sortearon un amago de rebelión chicharrera en los primeros compases, aunque después, con más o menos pegada, solo se vio un verdadero frenesí ofensivo blanquiverde. «No sé lo que hubiera sucedido de ponernos por detrás, pero esa parada nos ha dado alas. En los primeros minutos estábamos un poco dubitativos, nos reactivó. Hemos perdido el miedo a fallar. Después, el equipo empezó a generar», indicó, también haciendo alusión a la trascendencia de uno de los momentos clave de la noche: la parada de Carlos Marín de penalti.
Fue sobre la bocina cuando el buen juego se transformó en rédito, con un golazo de Antonio Casas. El rambleño rompió el tarro con su séptima diana del curso, a la que algo más tarde -con una buena cuota de ocasiones de por medio- se añadieron los también tantos de Adilson Mendes y Álex Sala para sellar el asunto. «Todos somos conscientes de lo que nos jugábamos hoy. No lo consideraba una final, pero estaba claro que era importantísimo para ganar, dar un salto en la clasificación. Estamos en el objetivo de la salvación ahora mismo, clasificatoriamente. Tenemos que ir poco a poco», analizó.
«Tenemos que no ser un equipo de dos caras. A partir de ahora lo que tenemos que hacer es mejorar como visitante. Los mismos jugadores que tenemos en casa los tenemos fuera, las mismas piernas, los mismos pies… Lo que posiblemente tengamos que mejorar es la mentalidad, que un gol en contra no suponga que nos deshagamos como un azucarillo. En casa somos un equipo muy competitivo», apuntó seguidamente, también reflexionando sobre la mala dinámica del club lejos de El Arcángel hasta la fecha.
Nombres propios y arbitraje
Como de costumbre, el asturiano también aprovechó para repasar algunos de los nombres propios de la cita, como el de Carlos Albarrán. Tuvo que ser sustituido al descanso el lateral de Badalona, aquejado de ciertas molestias físicas: «Tenía una molestia muscular. Podríamos haber arriesgado a que siguiera, pero a lo mejor era para al poco cambiarle. Hizo muy buena primera parte y Carlos Isaac hizo una segunda sensacional», admitió.
«Martínez lleva dos partidos seguidos a muy buen nivel, liderando la defensa con Xavi Sintes. Es muy positivo para él y para el equipo, que todos se sientan partícipes e importantes», añadió.
«Cerró el ovetentese haciendo balance de la actuación arbitral, clave en dos momentos puntuales de la cita, a su criterio: «El penalti lo pude ver, para mí es riguroso, por eso le pedía que fuera a revisarlo. La segunda amarilla (a David Rodríguez) es clarísima, se va de él, se va a meter en el área y le hace falta. Son dos jugadas clave que podrían haber significado mucho. Ahora no nos acordamos de ellas porque hemos ganado, pero son importantes y pueden tener influencia en el transcurso del partido e incluso en el resultado», aseveró.