Una mala caída dejó a Senén Turienzo, el joven de Villoria de Órbigo (León) del que no se sabía nada desde el lunes, con un fuerte traumatismo craneal y fracturas en las extremidades inferiores, tendido en el Jou de los Boches, en lo más indómito de los Picos de Europa. Este viernes, cuando escuchó la lejana presencia de los rescatadores que estaban rastreando entre el refugio del Urriellu y la Horcada de Caín, empezó a gritar para orientarles, y luego se alzó para que le vieran los ocupantes de un helicóptero de rescate. Un bombero rescatador y un médico descendieron para prestarle los primeros auxilios. Lo primero que hicieron fue hidratarle, porque ya había agotado el agua. Eran las dos de la tarde de este viernes y finalizaba así una búsqueda que se había iniciado el miércoles, día de Navidad, después de que Senén no llegase a Covadonga, tal como había avisado a su familia. A las tres y media de la tarde llegó al HUCA, donde quedó ingresado en el área de Urgencias y donde pudo abrazar por fin a sus padres a lo largo de la tarde. «Las lesiones no parece que sean muy graves», tranquilizó su amigo Mario López. El joven ha sobrevivido durante al menos cuatro días herido y soportando muy bajas temperaturas nocturnas, aunque tenía ropa de abrigo y un buen saco de dormir.
Senén Turienzo había iniciado la ruta en la localidad de Bejes (Cantabria). Su objetivo, como indicó el teniente Pablo Villabrille, jefe de la Sección de Rescate e Intervención en Montaña (SEREIM) de la Guardia Civil de Cangas de Onís, era «ambicioso»: atravesar los tres macizos de los Picos de Europa en invierno, y subiendo algunos picos complicados. El sábado pasó por el Casetón de Andara. El guarda, Enrique González, habló con el joven, quien le aseguró que tenía pensado subir al Pico Valdominguero y bajar por la canal de Jidiello hasta las Vegas de Sotres. González trató de disuadirle. Es una ruta complicada, muy vertical, y se precisa de crampones, piolet y casco, que el joven no llevaba.
Todo indica que cumplió su propósito, porque al día siguiente, domingo, tal como desveló este viernes el teniente Villabrille, Senén fue visto en Pandébano, posiblemente con la intención de llegar a la Vega de Urriellu. Eso es lo que motivó que los agentes y los rescatadores se centrasen en esa área, con éxito, ya que el montañero leonés se encontraba en el Jou de los Boches, que se sitúa entre el refugio del Urriellu y los de Cabaña Verónica y Collado Jermoso, donde al parecer también pretendía llegar, según la Guardia Civil. Sin embargo, tuvo al parecer mal tiempo. Su última comunicación fue un whatsapp enviado el pasado lunes, en el que informaba a los suyos de que «la ventisca había pasado e iba a retomar la ruta», tal como aseguraba su madre en la mañana de este viernes, antes de conocer que su hijo estaba vivo.
Un arriesgado aventurero
En esas primeras horas del día, los padres no estaban muy esperanzados. «Senén es muy fuerte, puede pasar sin comida, siempre tira para adelante, no retrocede, no ve el peligro», admitían Francisca Llamazares y Andrés Turienzo. Ambos recordaban la aventura que corrió Senén en el Atlas marroquí hace unos diez meses, también en solitario. Allí se enfrentó a ventiscas y durmió en cabañas derruidas y cuevas. «En una de ellas comenzó a caer agua en gran cantidad», explicó._Y efectivamente, en la cuenta de Instagram del joven leonés hay varios vídeos en los que se aprecia la situación apurada que vivió y su preferencia por vivaquear al aire libre, sin importar la temperatura. «Es lo que le gusta y no puedes hacer nada contra ello», indicó Turienzo, que trabajó en la mina en su juventud. Aunque no llevaba ni piolet ni crampones, sí portaba ropa adecuada, comida liofilizada y un buen saco de dormir para soportar las bajas temperaturas de la noche, remarcó el padre.
Los rescatadores indicaron a los padres que iban a empezar a buscar en las numerosas simas que hay en esa zona de Picos de Europa. Pensando que su hijo podía haber caído a una de esas cavidades, Andrés Turienzo se lamentaba: «Tiene que ser muy duro estar metido en un agujero y escuchar que te están buscando y que no puedan oírte».
Pero finalmente, Senén no se encontraba en una sima, sino en una ladera del Jou de los Boches, rodeado de hielo. El hallazgo del joven leonés supuso una gran alegría, tanto para su familia como para los integrantes del importante dispositivo empeñado en su búsqueda. Pocos pensaban que el joven estuviese vivo. «En los últimos años solo ha sobrevivido una persona en los Picos tras accidentarse en el hielo durante el invierno, un inglés que se rompió la cadera tras una caída y sobrevivió una semana en un saco de dormir. Al final, llegó a beberse la orina», comentó Ana Moradiellos, conocida como «La Gallega». «En cuanto caes en hielo, ya no paras. Persona que resbala, persona muerta. Y si no te mata la caída, te mata el frío o la sed», añadió. Afortunadamente, no se ha cumplido ese negro designio.