sábado, 28 diciembre, 2024
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Una pierna en una calle de Córdoba? La siniestra historia tras un rincón del centro

Bajando desde la plaza de las Tendillas por la calle Jesús y María, primero, y seguidamente por Ángel de Saavedra se llega a la calle Barroso, que esconde, en uno de sus rincones, una siniestra historia. Pero, ¿qué había de realidad en la leyenda de Córdoba?

En la fachada de una de las casas de la calle La Pierna, que solo tiene salida y entrada en la calle Barroso, había una pierna en un nicho cuyo propietario abrió, para ello, en la fachada.

Historia y leyendas

Al parecer, se trataba de la única parte hallada de una escultura romana. Ramírez de Arellano, en sus Paseos por Córdoba, habla sobre esta curiosa aparición. El descubridor, lejos de deshacerse de ella, la colocó en la fachada sin saber, probablemente, que generaría cierto temor entre los vecinos.

Calle Jesús y María, en una imagen de archivo. / Ayuntamiento de Córdoba

¿A qué se debía ese temor? Bueno, la tradición oral ha hecho llegar hasta la actualidad dos leyendas en torno a esa famosa pierna. Y en ninguna se hace referencia a la historia romana de la ciudad. Por el contrario, los cordobeses creían que correspondía a una persona. Es decir, que era una pierna humana. Y daban las siguientes explicaciones.

Dos historias inquietantes

Por un lado, se cuenta que vivía una joven muy chismosa en aquella casa. Tan chismosa que cuando pasaba un cortejo fúnebre por allí preguntó insistentemente por el nombre del fallecido. Se ve que la preguntó molestó a los integrantes al punto de contestarle con el nombre de ella. La chica, entonces, cayó desvanecida y, cuando despertó, tenía entre sus manos una pierna.

Esa primera historia no deja de ser una fábula. La otra leyenda, sin embargo, no tiene un final tan compasivo. Las lenguas antiguas cuentan que, en aquella misma morada, habitaba una mujer tan cruel que echó a patadas a su padre pobre. Como si Medusa la hubiera mirado, la pierna de la mujer quedó petrificada, provocándole la muerte. Este incidente se achacó a un castigo divino por su falta de compasión y el maltrato al progenitor.

Las calles de Córdoba, y algunos de los rincones más bonitos de la capital, guardan leyendas macabras e inquietantes que, a lo largo de los siglos, han ido de boca en boca entre los cordobeses.

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