«2024 estará grabado a fuego en mí por siempre jamás. En las luces y las sombras que guardo en mi memoria, en mi piel en forma de cicatriz o marca, en todo el rastro que me ha dejado el cáncer y que me definirá a partir de ahora». Así se siente Aitana Mas, diputada autonómica de Compromís por Alicante y exvicepresidenta y consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas con el Botànic.
La política fue diagnosticada de un tumor de mama con 33 años (Crevillent, 1990), y se operó a través de una mastectomía del carcinoma en el Hospital del Vinalopó en septiembre. Un drama personal recién estrenada su maternidad, con dos niños de 3 y un año.
A la hora de hacer balance, abrió su corazón a la ciudadanía en instagram.
«No acabo el año siendo la misma. No sé si lo hago siendo mejor persona, espero que sí. Lo hago con muchos aprendizajes inesperados, con nuevos miedos y otras prioridades».
«Estos meses me he sentido frágil y firme a partes iguales, me he sentido nerviosa por la incertidumbre, pero segura de la evolución»
«Estos meses -confiesa- me he sentido frágil y firme a partes iguales, me he sentido nerviosa por la incertidumbre, pero segura de la evolución. Triste y contenta. Impotente y esperanzada. Qué contrasentido todo. Una montaña rusa. Blancos y negros. Luces y sombras (…). Y aquí estoy, con todo, mirando decidida a 2025. Sin esperar nada, sin planificar nada».
Tabú alrededor del cáncer
En conversación con este diario en torno a esta reflexión, explica que su objetivo es «que las mujeres dejen de tener miedo de mostrarse. Al final hay mucho tabú alrededor del cáncer en muchos momentos: cuando te quedas calva de la quimioterapia o cuando te quitan un pecho, y te sientes menos mujer. Ese cambio es muy drástico y te sientes menos femenina, y quería visibilizar esa parte también, aunque sea la más superficial. Decir, no pasa nada, no es todo físico, aunque también pueda ser bonita estando así; y al mismo tiempo no tienes por qué sentir vergüenza por haber enfrentado una enfermedad como el cáncer». Porque considera que es todavía un tema tabú y que necesita aún más visibilización.
«Totalmente, yo creo que no solo el cáncer de mama sino el cáncer en general. Hay miedo a contar que tienes cáncer, a salir a la calle sin pelo. Yo misma lo publiqué a lo tres días de enterarme porque quería controlar la información que salía», consciente de que, según como se transmita, se puede pasar de tener cáncer a estar a punto de morir sin ser realmente esta la situación.
«Hay miedo a contar que tienes cáncer, a salir a la calle sin pelo»
Control sobre la información
Ella quería controlar la información sobre su salud por ser una persona conocida «y porque al fin y al cabo tengo una posición privilegiada desde la que podía ser un altavoz de muchas mujeres a las que les gustaría haber hecho algo así pero que no se han atrevido. Y hacer pedagogía, ampliar los conocimientos de la gente alrededor del cáncer. Antes pasaba y lo publiqué también. Yo veía a una persona que no tenía pelo y pensaba que se estaba muriendo, y es todo lo contrario. Es una persona que está intentando curarse y a la que el fármaco que le meten en el cuerpo para ello le deja sin pelo. El intentar tener menos miradas de compasión y de pena durante el tratamiento, y más de complicidad y de ánimo, es lo que yo más necesitaba».
Miradas de sentencia
La protagonista admite que se sintió así y que le pidió a su marido «volver a casa desde un centro comercial después de mirarme todo el mundo con cara de que te estás muriendo, sentía: me están sentenciando. Salgo de casa para intentar evadirme y que me estén recordando todo el rato que igual me muero, no me apetece. Hay que intentar normalizar una situación que por desgracia se da todos los días en muchas familias y que una de cada tres personas vamos a sufrir en algún momento de nuestra vida».
«Yo veía a una persona que no tenía pelo y pensaba que se estaba muriendo, y es todo lo contrario. Es una persona que está intentando curarse»
Tras su cirugía, la diputada se sometió en noviembre a las sesiones de radioterapia. Ahora afronta un tratamiento de inmunoterapia que se pincha cada tres semanas en una pierna hasta que cumpla un año de la quimioterapia para seguir combatiendo y que no se reproduzcan células cancerígenas en su cuerpo, y seguidamente iniciará «el largo camino de la reconstrucción» de su pecho.
Esto supondrá también varias operaciones, o sea que «la cosa va para largo. No es tan rápida como nos gustaría a las pacientes. El haberme sometido a radioterapia hace que la piel esté peor, que necesite tratarse y sean varias fases de operación«. Esta parte, pese a que pueda presumirse más fácil, «no lo va a ser. Tendrá su momento de sensibilización pero sabiendo ya que no tengo el cáncer y que he terminado los tratamientos más duros y solo me queda el más llevadero, estoy mucho más contenta».
La reconstrucción
En su caso, elige la reconstrucción «siendo una persona aún joven y con mucha vida por delante sí que me gustaría terminar todo el proceso. Pero entiendo perfectamente a la gente que no quiere someterse a más operaciones ni a más sufrimiento, ni a más pinchazos ni a nada. En mi caso, aunque he dudado, al final iré a la reconstrucción pero entiendo y comprendo a cualquier mujer que decida no hacerlo».
Ya cumplidos los 34 años, Aitana Mas admite que se llevó un buen susto con el diagnóstico y máxime siendo madre de dos niños muy pequeños. «Esa es otra de las cosas, el momento de tener un cáncer siendo joven y encima con la maternidad. Cuando me lo diagnosticaron tenía un nene de cinco meses en ese momento. Ayer (por el domingo) me escribió una chica que le pasó lo mismo que a mí y que estaba embarazada en ese momento. Pasan cosas que son surrealistas y que nunca te esperas que puedas pasarte a ti, que es la otra parte de mi mensaje».
Por ello, concluye, «cuando estás bien siempre piensas que las cosas malas no te pasarán a ti ni a tus hijos, que un cáncer, una dana o un accidente son cosas que pasan a los otros, pero un día te llaman y te cambia la vida. Pero ya he aprendido que no soy inmortal, que hoy estoy bien y mañana puedo no estar».