“Para mí, las dos cosas más difíciles fueron lidiar con la sensación de haber ‘fracasado en el matrimonio’ y, además, dejar de lado una vida compartida de tantos años. Lo que facilitó un poco el proceso fue que mis hijos ya eran grandes y que, como familia, nos encontrábamos en una buena situación económica”, relata Silvia Mossevich, de 56 años, quien se divorció el año pasado luego de cumplir 30 años de matrimonio.
Denominado por los profesionales como “divorcio gris”, este término fue utilizado por primera vez por la Asociación Estadounidense de Personas Jubiladas, para referirse a la creciente tendencia de separaciones y divorcios en matrimonios donde los integrantes tienen más de 50 años de edad y llevan casados varios años.
De hecho, una investigación titulada “La revolución gris del divorcio: aumento del divorcio entre adultos de mediana edad y mayores, 1990—2010″ y publicada en The Journals of Gerontology, pone de manifiesto que la tasa de divorcio en personas mayores de 55 años se duplicó entre la década del 90 y el 2010; demostrando además que para el año 2010, uno de cada cuatro divorcios en los Estados Unidos era de matrimonios de personas mayores de 50 años.
En la Argentina el número de divorcios finalizados y de nuevas solicitudes crece cada día más. Solamente en la provincia de Buenos Aires se han registrado más de 24 mil divorcios en 2021 de acuerdo a datos del Registro Provincial de las Personas, lo que es equivalente a la tasa más alta de separaciones matrimoniales que se tenga registro en los últimos 15 años en el distrito con mayor población de la Nación.
Brad Pitt y Angelina Jolie, Bill Gates y Melinda French, Harrison Ford y Melissa Mathison, Antonio Banderas y Melanie Griffith, son solo algunos de los matrimonios de celebridades que se han separado cuando una de las partes o ambas, cruzan esa franja etaria.
El también nombrado como “divorcio de plata o de diamante” contempla ciertos estereotipos en la mayoría de los casos: parejas con hijos adultos, retirados o jubilados que pasan la mayor parte del tiempo conviviendo en una misma casa en la que predominan el hartazgo y los bajos ánimos. Algunos optan por fingir que esas interferencias no existen en la pareja, otros le hacen frente a la realidad y acuerdan dejar de conformarse con falsas expectativas y terminar con la situación.
“Es característico que se de en los años de entrada en la tercera edad y también como consecuencia de estar juntos durante muchísimos años de matrimonio”, dice la sexóloga y licenciada en Psicología, Sandra López (M.P. 61148). Y asegura que, si bien al divorcio gris se lo cataloga como una tendencia, para ella hay que tener en cuenta un factor cultural importante: en el país el divorcio se legalizó hace no tanto tiempo, precisamente en 1987. “Hoy las parejas resuelven desde lo cultural, social, vincular y familiar una decisión que, a mi criterio, claramente tomaron tiempo atrás solo que ahora está a la vista de todo el mundo”, relata.
Los datos que arroja Pew Research –centro de investigaciones con sede en Washington D.C.– demuestran que la tasa de divorcio en adultos mayores de 50 años se duplicó de 1990 a 2015. En concordancia con esta información, un estudio publicado en el Journal of Family Issues asegura que lo que está ocurriendo evidencia cómo es que las actitudes y las formas de pensar respecto del matrimonio han cambiado en las últimas décadas.
Asimismo, la investigación publicada en The Journal of Gerontology revela que los miembros de estos matrimonios rotos tienden a competir en “carreras de divorcio”, es decir, no son novatos puesto que gran cantidad de los encuestados contaban con matrimonios previos. Algunos de los motivos adjudicados a la separación que se recopilaron fueron:
Según la American Bar Association (ABA) –el colegio de abogados de membresía voluntaria más grande de los Estados Unidos y del mundo– otros motivos que explican los datos del aumento del divorcio gris son: que las parejas que están casadas por más de 20 años simplemente se distancian y el estigma del divorcio ya no es algo fuerte como lo era para la generación de sus padres; en segundo lugar, la institución cita que la tendencia se debe a una mayor esperanza de vida en la sociedad. “Muchos comentan que se niegan a ser complacientes y quieren encontrar lo que los hace felices por los años que les quedan”, se establece.
La ABA destaca que el divorcio gris no es igual a un divorcio típico. “La mayoría de los clientes que atraviesan un ‘grey divorce’ están jubilados, a punto de jubilarse o tienen razones particulares para no haberlo hecho aún. Estos casos suelen implicar una compleja división de bienes debido a la larga duración del matrimonio y a los roles generacionales tradicionales, donde el esposo actuaba como proveedor y la esposa como ama de casa”, señala la institución.
Aída Sedano es un claro ejemplo de lo relatado, ella es una mujer de 76 años a la que miles de personas ven y escuchan en TikTok. ¿Cuál es el motivo? Desde hace tiempo que Sedano empezó a compartir en sus redes sociales lo infeliz que le hacía estar junto a un hombre que le era un obstáculo para hacer las cosas que ella realmente quería hacer. Consecuentemente fue contando cómo fue el proceso de divorciarse de él y empezar a ser una mujer independiente y feliz, a pesar de su edad.
Es por esto que la Lic. López señala que los vínculos son posibles de salvar siempre y cuando haya voluntad por parte de ambos integrantes de la pareja. “Es una construcción que va a depender de si los dos sujetos de la relación la quieren salvar”, resalta.
Consejos para fortalecer el vínculo y prevenir que se rompa
El Instituto Gottman, dirigido por pioneros en el estudio de la sexualidad humana como lo son el Dr. John Gottman y la Dra. Julie Schwartz Gottman sugieren que, en los casos de que se trate de un vínculo de larga data, existen ciertas recomendaciones con sustento profesional que pueden fortalecer el matrimonio.
→ Mantener una buena amistad con la pareja a lo largo del tiempo. Ambos se deben asegurar de pasar tiempo juntos y divertirse cuando lo hacen. “Esto va doble para quienes son padres, se necesita pasar tiempo juntos sin los niños porque eso mantiene la relación en primer plano y evita que uno se convierta en una víctima de la paternidad”, revelan.
→ Abordar las diferencias de antemano para evitar acumular resentimiento. “La investigación muestra que el conflicto es normal y es de esperar en cualquier relación. La cualidad que separa las relaciones felices de las infelices es la capacidad de reparar rápidamente”, dicen.
→ Concentrarse en cómo preferirían que fuera la relación en el futuro. Para esto, los Gottman aconsejan compartir sueños y esperanzas de lo que cada uno quiere lograr, ya sea por separado como también juntos. “Crear un sentido de significado compartido que evolucione con el tiempo”, sostienen.
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