sábado, 1 febrero, 2025
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Los que luchan contra la injusticia

Los habitantes tiene un origen audiovisual. Fue un guión de cine. Fueron guiones para una miniserie. Fue una serie con varias temporadas. Vibró con el deseo nuestro de contar esta historia. Durmió años adentro de un cajón.

Desde el principio estaban los muertos que buscan justicia, que combaten un orden violento. Había una familia que había sido asesinada. Un matrimonio con un hijo. El hijo, muerto, descubría que podía ingresar en el cuerpo de los vivos, que podía habitar, y les enseñaba a sus padres a hacerlo. Ellos investigaban su propio crimen.

Macbeth, en el tercer acto, se enfrenta al espíritu de Banquo, a quien él mandó a matar y dice: “Hubo un tiempo en que, saltados los sesos, el hombre moría, y ahí terminaba todo. Pero ahora los muertos resucitan con veinte heridas en la cabeza y nos arrojan de nuestros asientos”.

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Los habitantes eran los muertos que interfieren en el mundo de los vivos.

Los que luchan contra la injusticia, la brutalidad, la impunidad de los asesinos poderosos.

Nos inspirábamos en Macbeth, en Antígona y el poder de los muertos insepultos contra los tiranos, en la fuerza de nuestros desaparecidos para tirar a los asesinos de sus asientos.

La historia inicial sucedía en 1955, en Argentina. Luego, trabajamos la posibilidad de que hubiera habitantes en otras situaciones de matanzas, otros lugares, otras épocas, y que pudieran relacionarse entre sí.

El proyecto circuló. Hubo reuniones, entusiasmo, críticas. Gustó, pareció caro. Hubieron promesas y rechazos, ilusiones y decepciones. Fue casi olvidado y durmió en un cajón.

Hasta la pandemia. Joselo Bella hizo una propuesta. Hacer una obra de teatro, un unipersonal con Los habitantes. Me pareció algo remoto e impensado por las características fantásticas de la historia, la cantidad de lugares, escenas y personajes. Pero remota e impensada era nuestra situación en pandemia. La humanidad entera un año y medio al borde de la muerte. La cuarentena. El miedo a morir. El miedo al otro. De la pandemia surgió algo existencial. De ahí surgió este proyecto de Los habitantes.

Me preguntaba qué teatro íbamos a hacer después de que la maquinaria teatral se frenara durante tanto tiempo. Hubo algo de lo impensado del proyecto, de lo incierto, que nos fue llevando hasta que la obra adquirió su forma. Un actor que cuenta la miniserie, con el lenguaje del guión. Con recursos mínimos. Un actor que busca evocar y dar vida en el escenario a la historia de Los habitantes.

Nos inspiró un texto de Yo-shi Oida, un actor japonés de la compañía de Peter Brook.

“El trabajo del actor no es mostrar lo bien que se actúa sino, a través de la actuación, ser capaz de dar vida al escenario. Una vez que esto ocurre, el público se deja llevar y entra en el mundo que recrea. El público siente que atraviesa un solitario desfiladero de la montaña, o que se halla en el centro de un campo de batalla, o en cualquier otro lugar posible del mundo. El escenario contiene todas esas posibilidades. Y es el actor quien es capaz de dar vida a todas ellas”.

En la obra que vamos a estrenar con Joselo Bella mñana en el Espacio Callejón contamos el comienzo de Los habitantes.

El primer habitante aparece en Rusia, en 1903, durante un pogrom, Isaac Shemtov, un carpintero judío.

La historia sigue en España, en 1936, en Madrid, durante la Guerra Civil española. Los hermanos Justo, republicanos, muertos, van a habitar para intentar salvar a sus amigos Federico García Lorca, Carmen Luna y Antonio Machado. Van a enfrentarse con los falangistas, los soldados del general Franco.

Queipo de Llano, general franquista, en un discurso en la radio, dice, “Los comunistas merecen ejemplares castigos y yo he de imponerlos de tal modo que hagan época. Si algún afeminado, algún invertido, se dedica a lanzar infundios alarmistas, no vaciléis en matarlo como a un perro o entregádmelo a mí, que yo se lo pegaré.”

Discursos de violencia y exterminio, que resuenan en el clima de época, que se respira en el país y en otras partes del mundo.

*Coautor de Los habitantes. La obra se podrá ver a partir de mañana los domingos a las 21 en el Espacio Callejón.

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