En el Palacio San Martín, las representaciones argentinas en el exterior y los ámbitos diplomáticos la inquietud se combina con una preocupación creciente, aunque pocos, por el momento, consideren necesario manifestarse públicamente. Es que, luego de más de 60 años de continuidad, y aduciendo cuestiones presupuestarias ligadas a la sostener el equilibrio fiscal, el Instituto de Servicio Exterior de la Nación (Isen) no tendrá este año nuevos estudiantes. Será así si en las próximas horas se confirma la decisión del gobierno de Javier Milei y la Cancillería, que encabeza Gerardo Werthein, que prevé no llevar a cabo este año el proceso de ingreso de nuevos aspirantes a formar parte del servicio diplomático.
Todo comenzó hace diez días, cuando en una nota interna dirigida a la subsecretaria de administración, María Cristina Dellepiane, el director de Recursos Humanos, Claudio Gutiérrez, confirmó que luego de un “análisis detallado de la dotación de personal y de las necesidades funcionales del Servicio Exterior de la Nación (SEN) en el actual contexto administrativo y presupuestario”, se ha decidido no realizar el curso de ingreso para nuevos aspirantes (el año pasado ingresaron 22 jóvenes de entre 21 y 35 años, tal como lo establece la reglamentación del instituto).
“Considerando la proyección de la planta de funcionarios y la evolución de las necesidades operativas de la Cancillería, no resulta necesario en este momento convocar a un nuevo proceso de ingreso”, explicó Gutiérrez en esa nota interna. ¿Las razones? “La estructura actual permite atender de manera eficiente los requerimientos del Servicio Exterior sin que la incorporación de nuevos funcionarios represente una necesidad impostergable”, detalló Gutiérrez, que responde a la conducción de Werthein.
El funcionario reconoció, no obstante, que un buen número de funcionarios alcanzarán la edad de retiro en 2027, es decir en el momento en el que los eventuales nuevos ingresantes queden habilitados para desarrollar su carrera. Pero aclaró que “dicha situación no implica automáticamente la necesidad de nuevas incorporaciones, sino que debe ser analizada en función de las necesidades operativas reales del Servicio Exterior”.
En un llamativo silencio, escasas fueron las voces que hasta ahora se alzaron públicamente para cuestionar la medida, que cortaría de ese modo décadas de continuidad formativa del Isen, creado el 10 de abril de 1963 por el entonces canciller Carlos Manuel Muñiz, durante la breve presidencia de José María Guido.
“Se entiende el contexto, pero hay una continuidad institucional que sería bueno sostener”, comentó por lo bajo a LA NACION un diplomático. En el Palacio San Martín se esperaba un nuevo curso con menos alumnos (entre cinco y ocho en lugar de 22), pero no estaba en los planes de casi nadie que se suspendiera directamente el ingreso. Otras voces destacaron que la Cancillería “es uno de los ministerios con menor presupuesto del país”, y que el ahorro que representaría el cierre a nuevos ingresantes es “mínimo”, ya que el gasto en profesores e infraestructura de los estudiantes de los años superiores se mantiene sin variaciones.
Según pudo saber LA NACION, desde la Asociación Profesional del Servicio Exterior de la Nación (Apsen), la representación gremial de los diplomáticos, esperaban el retorno del canciller (regresó ayer luego de formar parte de la comitiva presidencial en Washington) para plantearle en privado sus reparos a la medida, que aún no tomó forma de resolución oficial. De todos modos, según trascendió, la decisión ya estaría tomada por Werthein y su mesa chica, y difícilmente haya una marcha atrás.
Desde su creación, egresaron del Isen más de 1000 diplomáticos, formados para trabajar en las 150 misiones argentinas en el exterior (embajadas, consulados y misiones permanentes) y/o en tareas dentro del país. Los diplomáticos de carrera son amplia mayoría en la representación nacional en el exterior, aunque por ley se permiten hasta 25 embajadores “políticos”, elegidos por el Poder Ejecutivo y aprobados por el Senado.
El eventual cierre de nuevos ingresos al Isen se complementa con otras medidas de ahorro de recursos en estudio, como el cierre y fusión de embajadas argentinas. La más reciente fue la designación del diplomático de carrera Alan Claudio Beraud, que hasta mediados de enero se desempeñaba solo como titular de la representación ante el Mercosur y la Asociación Latinoamericana, en Montevideo. Ahora, también ejerce como embajador en Uruguay. Werthein también apuesta a la tarea de los denominados “Embajadores Comerciales para Inversiones y Desarrollo Estratégico”, una figura creada vía decreto el 29 del mes pasado, y que permite la incorporación de empresarios y figuras de distintos ámbitos a la tarea de conseguir inversiones en el país.
Seguí leyendo
Conforme a los criterios de