Las lluvias de febrero y marzo trajeron alivio al sector agropecuario, especialmente en la región núcleo, sin embargo, algunas zonas siguen afectadas por la sequía extrema y hay riesgos de que la producción no alcance la cantidad de toneladas estipulada. Es por eso que para analizar este tema en profundidad, este medio conversó con el ingeniero agrónomo, Cristian Russo.
Disparidad de lluvias en el campo y el impacto sobre los rindes
«Esperábamos una producción de 52 millones de toneladas de soja, pero volvimos a hacer un recorte«, señaló Cristian Russo. «Hoy hablamos de 46,5 millones de toneladas, un millón menos que en febrero«, agregó. La razón principal es la falta de agua en ciertas regiones: «Mientras que la región núcleo tuvo un rebote de 1,7 millones de toneladas, en el norte de Santa Fe, Chaco, Santiago del Estero y Tucumán la sequía sigue siendo extrema«.
La soja de segunda es la más afectada, «de las 18 millones de hectáreas sembradas, no se van a recolectar 1,3 millones«, indicó Russo. Esto se debe a que, «el trigo ya había consumido gran parte del agua del suelo, dejando a la soja de segunda en una situación muy vulnerable«.
La producción de maíz se vio muy afectada por la ola de calor
El maíz tampoco escapó a las dificultades climáticas. «Estamos hablando de una cosecha de 44 millones de toneladas, cuando debería estar en 50 o 51 millones», señaló el entrevistado. «La ola de calor infernal golpeó a los maíces tardíos justo en su etapa de floración, lo que afectó los rendimientos», destacó.
A pesar de las lluvias recientes, la cosecha de maíz está retrasada. «Se adelantó un poco por la sequía, pero luego empezó a llover y se atrasó«, explicó Russo. «Ahora estamos viendo un 5% de avance, pero en las próximas semanas tomará más fuerza».
Perspectivas para el agro
Las lluvias mejoraron la situación general, pero hay desafíos por delante. «Nos salvamos milagrosamente de otro desastre productivo», afirmó el ingeniero agrónomo. «La región núcleo recuperó niveles de rendimiento aceptables, lo que ayudó a sostener las cifras a nivel nacional», añadió.
Sin embargo, Russo advirtió sobre dos riesgos principales: «El exceso de humedad podría afectar la calidad del grano, y las heladas tempranas pondrían en peligro las estimaciones actuales«. En el caso del maíz, «es crucial que no haya heladas hasta finales de marzo para no comprometer aún más la producción».