lunes, 31 marzo, 2025
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Asistencia a personas en situación de calle: se agudiza por consumo de drogas y por problemas de salud mental

“No tenemos adónde ir. No podemos pagar un alquiler porque no tenemos trabajo, hacemos algunas changuitas de vez en cuando, y no tenemos relación con nuestras familias”. Con esta frase, Ana describe las circunstancias que la llevaron a la calle junto con su esposo y su hijo de 20 años.

La situación de ella es una muestra de lo que viven muchas personas en la ciudad de Córdoba. La Voz realizó un recorrido y observó que quienes duermen en la calle no son sólo cordobeses, sino también personas de otras provincias como Misiones, Santa Fe y San Luis, que vinieron en búsqueda de oportunidades laborales.

Un joven duerme en un banco de la plaza Colón. (José Gabriel Hernández / La Voz)

La crisis económica impactó de lleno en la estructura social: la falta de empleo formal o informal los deja sin techo, a ello se suma el consumo de drogas, problemas de salud mental y la rotura de lazos familiares, lo que los lleva al último eslabón de vulnerabilidad: a la calle.

A pesar del trabajo que realiza el municipio, junto con el área social de la Provincia, Defensoría del Pueblo, entre otras instituciones, desde la pandemia de coronavirus a esta parte se produjo un incremento de las zonas por donde deambulan: ya no sólo es el por el microcentro o Centro de la ciudad, sino también en barrios aledaños como Güemes, Alberdi o más alejados como Pueyrredón y Argüello, entre otros.

29 familias con 53 niños alojados

Raúl La Cava, secretario de Políticas Sociales y Desarrollo Humano de la Municipalidad, afirma a La Voz que una situación que alarma es el incremento de las familias que no pueden pagar un alquiler y no tienen redes de contención familiar. Actualmente hay 29 familias, con 53 niños, alojados en dispositivos municipales que estaban en situación de calle.

“Y se suman aquellas que sí tienen dónde pernoctar, pero buscan qué y dónde alimentarse”, añade.

La Cava subraya que, una vez que la persona pasó la primera noche en la calle, y si se tarda en abordarlo, es muy difícil que salga. La situación se agravó por el consumo problemático y los padecimientos de salud mental, que considera que ya son una pandemia.

Por eso es fundamental el trabajo anual que realiza un equipo multidisciplinario, y que refuerza la atención ante la proximidad de los meses de invierno. “Esta es una problemática mundial, que en Córdoba se tomó como tema de Estado”, remarcó.

En todos los casos, el equipo de contención hace un relevamiento y profundiza en cada situación personal, y busca la revinculación familiar y el compromiso de la persona.

Hay 2.320 personas bajo programas preventivos, 294 de ellos están alojados en refugios municipales o pensiones, según datos del Observatorio Social de la Secretaría de Políticas Sociales y Desarrollo Humano. Además, hay 190 personas catalogadas como crónicas: son personas que están desde hace muchos años en situación de calle. En total, 41 casos debieron ser judicializados, porque entrañan situaciones de riesgo para sí o para otros. El 84% de las personas en situación de calle son varones, y la gran mayoría de ellos fueron detectados en el área central de la ciudad, aunque la mancha ya se extendió a Alberdi (con la plaza Colón como ícono) y a barrios como Güemes y Pueyrredón.

Dos temas preocupantes: drogas y salud mental

La Cava indica que hay dos temas preocupantes: el consumo de drogas, individual o en pequeños grupos de personas jóvenes con familia, y el problema de salud mental. Es algo que no sólo se observa en el microcentro o en el Centro, sino también en barrios del sur de la ciudad como Villa El Libertador y en la zona norte, como Argüello.

En estos casos, trabajan con el área de Adicciones municipal y provincial, y con Guardia Urbana que acompaña a 30 personas que realizan los operativos en las calles.

Una vez que la persona está contenida y estabilizada, se la contiene para que retome los lazos familiares. Es un abordaje que lleva tiempo.

La situación más complicada son los casos crónicos. “No buscan una salida de la calle, sino tranquilidad para consumir”, indica el secretario. El consumo genera violencia entre pares y terceros, y propicia los delitos.

“No aceptan ser parte del programa y van rotando de zona. No basta con un tratamiento, en ese caso interviene la Justicia”, afirma.

El programa para personas en situación de calle no se interrumpió desde 2020. El primer censo que se hizo fue de 525 personas en 2020, lo que se incrementó en la pandemia. La evolución año a año es creciente: en 2021 eran 826; en 2022, 1.414; en 2023, 1.623, y en 2024, 2021. En lo que va de este año, de enero a marzo, se relevaron 421 personas en situación de calle.

Contención

Las personas que se instalan en la zona de la plaza Colón, y alrededores, la eligen por la cercanía con el espacio donde funciona el “programa municipal para personas en situación de calle”, sobre calle Santa Rosa, donde solicitan ayuda y contención.

Allí, el equipo interdisciplinario realiza las entrevistas, luego aloja a la persona temporalmente y, conforme a la evolución, ya sea por consumo o por problema de salud mental, le ofrece alternativas articuladas con otras áreas municipales y con la Provincia.

Se las ayuda a restablecer la red familiar o de trabajo, y así consiguen su autonomía. En ese espacio también funciona un comedor de lunes a viernes con aproximadamente mil porciones diarias.

Pernoctar en las calles

Dormir en la calle. Personas en situación de calle duermen en plazas y veredas. (José Gabriel Hernández / La Voz)

En la Plaza de Los Niños, entre calles Balcarce y Corrientes, a poca distancia de la Terminal de Ómnibus, las personas en situación de calle pasan horas durmiendo o transitan por el lugar, y si tienen suerte de juntar algo de dinero, alquilan alguna habitación en un hotel.

No son pocos los que esperan un plato de comida del comedor ubicado al lado de la capilla Santísima Trinidad. Desde antes del horario pactado, están sentados en la vereda o en la plaza. Es notoria la presencia de jóvenes que, mientras aguardan el almuerzo, duermen apoyados en la pared.

Jóvenes esperan el almuerzo en la zona de la terminal. (José Gabriel Hernández / La Voz)

Otra postal parecida y dolorosa es la que muestra la zona de la plaza Colón, patrimonio histórico de la ciudad.

Allí las personas duermen sobre la calles Avellaneda y Santa Rosa, en los ingresos de edificios y de locales; cerca del Hospital de Clínicas; debajo de arbustos y en los bancos de la plaza. Semanas atrás, hasta llegaron a pernoctar en el espacio de juegos y en la zona de caniles.

También utilizan los aleros de los pórticos de la iglesia María Auxiliadora y dejan sus colchones en el lugar mientras trabajan como limpiavidrios.

Un joven duerme en la plaza Colón. (José Gabriel Hernández / La Voz)

Sentada en uno de los bancos que da a la avenida Colón, Fabiana guarda, en un carro de súper, las pocas cosas que lleva consigo, y algunos cartones y latas que juntó en la calle para vender. Toma café, y señala su “cama” debajo de un arbusto. Con la lluvia su ropa está empapada. “Somos siete personas que dormimos acá, tenemos colchón o ponemos cartón. Y cuando llueve dormimos en una cochera cercana”, relata.

Muy cerca, el placero Alejandro limpia y evita despertar a jóvenes que duermen en bancos. Expresa que no los puede desalojar y eso molesta a las personas que usan la plaza como esparcimiento.

Las personas ocupan los espacios de las plazas. (José Gabriel Hernández / La Voz)

“Muchas familias que venían a pasear ya no lo hacen por la presencia de ellos”, cuenta. Y narra que algunos duermen por una noche con sus bolsos y después se van, otros se quedan por varios días. “Ya los tengo identificados”, expresa.

Lo mismo cuenta Carlos, un vecino que va a la plaza habitualmente y está sentado en un banco, al lado de otro donde duerme un joven. “Ellos no encuentran escapatoria porque no tienen trabajo y no pueden tener un techo, la mayoría termina en la calle. Muchos fuman el pipazo. Acá tienen todo cerca”, destaca.

Desde otras provincias

Hay personas que vienen de otras provincias a “probar suerte”. (José Gabriel Hernández / La Voz)

Hay personas que vienen de otras provincias a “probar suerte”, pero muchas veces no consiguen un trabajo y entonces buscan ayuda con el programa para personas en situación de calle.

Hace tres días, Carlos (47), un albañil de Volcán, San Luis, llegó a Córdoba en busca de trabajo. “Vine porque acá tengo más posibilidad de empleo y pedí ayuda a este espacio porque no tengo dónde parar”, destaca.

Al su lado se encuentra Braian (25), un joven que llegó hace dos días desde Mendoza. “Soy plomero y está duro conseguir trabajo. Tengo que mantener a mi hija. Hago cualquier tarea, También limpiamos vidrieras”, dice.

En el microcentro

Dormir en la calle. Personas en situación de calle duermen en plazas y veredas. (José Gabriel Hernández / La Voz)

Durante la mañana, en la plaza San Martín y la Catedral, un termómetro del movimiento bursátil y comercial contrasta con personas que bajo la lluvia de los últimos días se refugian como pueden en los alrededores y esperan con ansias el café caliente y el criollo de jóvenes solidarios que desde hace años realizan esa tarea por la zona.

Allí, se arriman no sólo los más jóvenes, sino también adultos mayores como Pedro, quien cuenta que desde hace 20 años está en la calle y almuerza en el comedor de la calle Entre Ríos. “Duermo en la calle”, grafica.

También en la Plaza del Fundador, en el microcentro cordobés, Ruth resguarda su colchón de la lluvia, mientras trabajadores municipales limpian la zona. Ella se refugia en el Cabildo o en la plaza.

Dormir en la calle. Personas en situación de calle duermen en plazas y veredas. (José Gabriel Hernández / La Voz)

“Estoy registrada en oficina municipal, pero no tuvimos suerte de ser alojados. Hace un año que estoy en esta situación, vivía en barrio San Vicente. Casi todos los que estamos en la calle tenemos problemas familiares”, cuenta.

Y dice que sobrevive porque va la Casa Madre Teresa de Calcuta, un espacio ubicado en Arturo M. Bas 272, donde se alimenta y se asea. No puede conseguir un trabajo formal, así que junta latas de aluminio y las vende para ganar algunos pesos.

Faltan pocos meses para el invierno, y la Secretaría de Políticas Sociales y Desarrollo Humano prepara un operativo coordinado con otras áreas para contener a estas personas.

Línea telefónica gratuita por temas de salud mental y de adicciones: 0800-888-5555 durante las 24 horas.

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