Desde el pasado lunes, día 7, y hasta este viernes, 9 de abril, se reúne en Londres el Comité de Protección del Medio Marino de la Organización Marítima Internacional (OMI). Uno de los puntos estrella en el orden del día es la posibilidad de cobrar a los barcos comerciales una tarifa por las emisiones que realizan a la atmósfera. De salir adelante, sería el primer impuesto global al carbono del mundo.
Hace aproximadamente un año, la OMI se comprometió a alcanzar el objetivo de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para “aproximadamente” el año 2050 y anunció un uso más generalizado de combustibles más sostenibles. Sin embargo, ese anuncio fue visto como algo poco sólido y sin fechas demasiados concretas.
Ahora, el Comité de Protección del Medio Ambiente de la OMI propone a los países nuevas normas para reducir de manera visible las emisiones, entre ellas fijar un precio a las emisiones marítimas de gases de efecto invernadero, así como establecer un estándar de combustible que garantice menos emisiones.
Los buques emplean mayoritariamente fueloil muy contaminante / Shutterstock
Arsenio Domínguez, secretario general de la OMI, afirmó que lo que se decida en esta cumbre será de obligatorio cumplimiento para los barcos que operan a nivel mundial.
Propuesta concreta
En las negociaciones de Londres, más de 60 países, entre ellos las naciones insulares del Pacífico, especialmente amenazadas por la subida del nivel del mar, propugnan la creación de un impuesto fijo por cada tonelada métrica de emisiones.
Por su parte, la Cámara Naviera Internacional, un organismo que representa a más del 80% de la flota mercante del planeta, se ha mostrado también dispuesto a ello. El secretario general de esta organización, Guy Platten, ha dicho que un sistema de tarifas de las emisiones marítimas es una solución pragmática y eficaz para incentivar una rápida transición energética en el transporte marítimo.
En cambio, países como China, Brasil, Arabia Saudí y Sudáfrica, optan por un sistema diferente, basado en un intercambio de créditos, en vez de un impuesto fijo. Según sus propuestas, los barcos recibirían créditos si no superan determinados niveles de emisiones y, en cambio, los tendrían que comprar si los rebasan. Un tercer grupo de países defiende un sistema mixto, según informan las agencias de noticias.
Buque portacontenedores / Shutterstock
En el caso de que estas nuevas normas sean aprobadas en la cumbre de Londres de esta semana, podrían entrar en vigor en 2027, lo que redundaría en una reducción perceptible de las emisiones a partir de entonces, según la OMI.
Un sector basado en el fueloil
En la actualidad, el transporte marítimo mundial es responsable del 3% de todas las emisiones del planeta, según la ONU, y ese porcentaje va en aumento, porque los barcos son cada vez más grandes, transportan más carga y más pasajeros y siguen sin usar de forma generalizada combustibles más sostenibles.
El Foro Marítimo Global, una organización privada y sin ánimo de lucro que trabaja junto con la industria marítima, considera que un impuesto climático global, junto con un combustible estándar verde, podría ayudar a reducir los niveles de emisiones del sector. Sin embargo, los representantes de la industria señalan que necesitan ayuda para la transición a otros combustibles, dada la gran inversión que ello representaría.
La gran mayoría de buques funciona actualmente con fueloil pesado, que emite CO2 y otros contaminantes. Pero los barcos también liberan otras sustancias tóxicas al aire.