Los sindicatos CCOO, APFP, Acaip-UGT Y USO de Córdoba han denunciado este jueves «una grave agresión a un funcionario» de prisiones en el cumplimiento de su trabajo.
Según informan las citadas centrales sindicales en una nota, los hechos sucedieron este miércoles, 9 de abril, sobre las 11.30 de la mañana en el módulo 9 del Centro Penitenciario de Córdoba, cuando a un «interno conflictivo» se le ordenó «cumplir la normativa del módulo e intempestivamente lanzó varias patadas y puñetazos al compañero», que resultó policontusionado teniendo que ser atendido por los servicios médicos del centro y posteriormente en un hospital de la localidad.
Los sindicatos, que desean una pronta recuperación al agredido, insisten en que esta es «una situación que se ha convertido en habitual, pero no por ello debe dejar de ser denunciada por las fuerzas sindicales ante la opinión pública».
Aseguran los firmantes del comunicado que la dirección del centro, «conocedora de su parte de responsabilidad en la difícil situación en la que desarrollamos nuestro trabajo, hace lo posible por silenciar estos acontecimientos» y se quejan, además, de que «la masificación que imposibilita una correcta clasificación, unido a la política derivada de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, el aumento de la población reclusa extranjera que se organiza en grupos de presión, extorsionando a otros internos, el buenismo que impide la conducción inmediata de los agresores a otro centro penitenciario, son causas que en su conjunto están convirtiendo los establecimientos penitenciarios en polvorines».
Plantillas escasas
Asimismo, señalan que las continuas explosiones de violencia, por ahora, «están siendo solventadas gracias a la extraordinaria profesionalidad de la plantilla, pero en cualquier momento puede ocurrir otra desgracia como la de nuestra compañera Nuria, de Mas d´Enric en Tarragona».
Los sindicatos también denuncian «la falta de personal, de medios, el aumento de burocracia que impide realizar en perfectas condiciones de seguridad nuestro trabajo, con los medios que tenemos hacemos lo que podemos» y concluyen apuntando que esto es «bien sabido por la dirección del centro y por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias que parecen no valorar nuestra profesión en la medida adecuada, dejándonos en el abandono y precariedad absoluta a medida que el tiempo pasa».