Un avance significativo en el tratamiento de enfermedades cardíacas llegó a la Argentina: la terapia de contrapulsación externa mejorada (EECP), un procedimiento ambulatorio, no invasivo y libre de dolor, que mejoró el flujo sanguíneo y la función cardíaca. La técnica, avalada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) y por el CE Mark europeo, fue impulsada en el país por el reconocido cardioangiólogo intervencionista cordobés Fernando Pastor.
Desde el 8 de diciembre de 2023, el especialista implementó la técnica en el Instituto Cardiovascular Cuyo (ICC), en San Luis. Hasta el momento, más de 100 pacientes recibieron el tratamiento, con resultados altamente positivos. Uno de ellos, Miguel Ángel, relató que «desde que completé la terapia ya no siento el dolor en el pecho que me limitaba antes, y puedo disfrutar de actividades que antes eran imposibles».
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La terapia fue concebida en la década de 1960 por los doctores Adrian Kantrowitz y Harry S. Soroff, mejorada en China y posteriormente extendida a Estados Unidos y Europa.
Qué es la EECP
El doctor Pastor explicó que la terapia se basó en la colocación de manguitos neumáticos alrededor de las piernas, que se inflaron y desinflaron de manera sincronizada con los latidos del corazón. “Este proceso incrementó el retorno venoso, mejoró el flujo de sangre y oxígeno a las arterias coronarias —que se llenan durante la diástole—, y redujo la carga de trabajo cardíaco”, detalló.
El nombre EECP respondió a tres conceptos clave:
Contrapulsación: se opuso al pulso normal para favorecer la irrigación sanguínea.
Externa: se aplicó desde fuera del cuerpo, sin intervención quirúrgica.
Mejorada: incorporó avances tecnológicos que optimizaron su eficacia.
Beneficios y modalidad del tratamiento
La terapia estuvo especialmente indicada para pacientes con angina de pecho crónica estable, insuficiencia cardíaca congestiva y enfermedad de las arterias coronarias que no respondieron a tratamientos convencionales. No existió una edad límite para acceder, pero cada caso se evaluó individualmente.
Pastor recomendó un protocolo de 35 sesiones, de una hora cada una, distribuidas en cinco sesiones semanales durante siete semanas. Entre los beneficios observados, se destacaron la reducción del dolor torácico, la falta de aire y la fatiga, una mejora de la capacidad física y de la calidad de vida.
Una posibilidad verdadera de retomar actividades diarias con mayor normalidad. Así lo confirmó otro paciente que recibió la terapia al señalar que «no quería someterme a una cirugía. Me siento mucho más enérgico y puedo caminar sin dificultades», compartió con entusiasmo. «Muchos pacientes lograron llevar una vida más activa y plena tras completar el tratamiento», afirmó el cardioangiólogo.
Acceso al tratamiento en Argentina
El Instituto Cardiovascular Cuyo, en Villa Mercedes, fue el primer centro en ofrecer EECP en el país. “Recibimos derivaciones de pacientes de toda la Argentina, incluyendo del interior de San Luis y de otras provincias”, señaló Pastor.