Los atracones tan previsible en los festejos de fin de año llevan los cuerpos al límite con el alcohol, el azúcar y las grasas que potencian los trastornos alimenticios.
«El problema está en las cantidades, además le agregamos chocolate, alcohol, alimentos que no sonde lo cotidiano y puede haber una situación que nos lleve a los nutricionistas a cerrar los ojos», dijo Verónica Mamondi, vicedirectora de la Escuela de Nutrición de la Universidad Nacional de Córdoba.
La profesional también dijo que en este tipo de reuniones se opta por comidas que no están relacionadas con la temporada veraniega.
«En vez de comer frutas o verduras, comemos alimentos más calóricos como el cerdo, el vitel toné, que son más del frío», explicó.
Mariana Laquis, directora de la Escuela de Nutrición, aseguró que en esta época del año suelen resurgir mitos como las gravedad de comer lechón con cerveza o sandía con vino.
«Tiene que ver con el abuso que uno hace de esas comidas», afirmó ante la cámara de Canal 10.