viernes, 10 enero, 2025
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Pinamar: cómo es el nuevo juego de playa que atrae a los turistas y le disputa el dominio a los clásicos

El nuevo juego que captó el interés de turistas en Pinamar: una doble red donde los jugadores golpean una pelota que rebota hacia ellos

Entre las actividades tradicionales del verano, como el tejo, la paleta y el fútbol en la orilla del mar, cada temporada suele surgir una novedad que captura el interés de los veraneantes. Este año, en Pinamar, la que parece que pega es una doble red tensada, similar a un techo a dos aguas e instalada en la arena, donde los jugadores golpean una pelota que rebota hacia ellos.

Se llama “Bouncer”, combina elementos del fútbol y el vóley, ya que permite usar tanto los pies como las manos, y se puede jugar de manera individual o en grupos. Durante la semana, el juego atrajo la atención cerca del muelle, con jóvenes, adultos y niños sumándose con entusiasmo.

Durante la semana, el juego atrajo la atención de jóvenes, adultos y niños cerca del muelle

Detrás de esta propuesta están Ariel, un jubilado; su hermano Emiliano, programador; y Maximiliano, exfutbolista y entrenador, tres amigos de Temperley. En diálogo con Infobae, explicaron las reglas: el objetivo es mantener la pelota en el aire alternando toques sin que toque el suelo, con un máximo de cuatro antes de pasarla al oponente. Si la pelota cae o se excede el límite de toques, se concede un punto al adversario.

En la modalidad de parejas, cada jugador debe tocar la pelota al menos una vez antes de enviarla al lado contrario. En equipos, se utilizan dos balones y los participantes deben seguir una secuencia de toques antes de pasarla al siguiente jugador. Según sus creadores, el juego no solo mejora la técnica y la coordinación, sino que también representa un excelente ejercicio físico.

El juego se presentó meses atrás, tras dos años de desarrollo

Los amigos adaptaron el dispositivo para deportes como el fútbol y el básquet. Incluso, un entrenador de arqueros de hockey que trabajó con Los Leones ya lo incorporó a sus rutinas, según aseguraron. “Es un entrenamiento divertido”, comentó Ariel, quien diseñó el juego inicialmente para escuelas de fútbol infantil y lo adaptó pensando en las playas: “Es súper playero”.

Hernán y su hijo Santiago, turistas de Rosario, fueron algunos de los que lo probaron. “Estamos acostumbrados al fútbol-tenis, pero acá tenés que pegarle fuerte para que rebote. Es divertido, pero lleva tiempo agarrarle la mano”, explicó Hernán mientras tres niños lanzaban el balón con las manos.

De izquierda a derecha, Emiliano, Ariel y Maximiliano

El paso del tiempo dirá si esta novedad ocupa un lugar preponderante en la diversión playera. Tiene competidores firmes. En otro sector, Federico y Matías improvisaban con una pelota de vóley, una de las típicas actividades de recreación con los pies sobre la arena. “Es nuestra manera de entretenernos”, contaron, mientras alternaban técnicas como el golpe de manos altas y la recepción con antebrazos.

La escena se completaba con otros clásicos juegos playeros: la paleta, el tejo y un partidito de fútbol cerca del mar entre ocho chicos de no más de 10 años, en un espacio sumamente reducido y con los arcos armados con pequeños montículos de arena.

El tejo sigue siendo el juego predilecto en la playa

A diferencia de otras temporadas, este verano no se observan tantos turistas practicando spikeball, un juego que llegó a los balnearios argentinos hace aproximadamente ocho años y que consiste en darle con la palma de la mano (spike es como se le dice al remate de vóley en inglés) a una pelotita, que debe rebotar en un disco con una red tensada y anclado en la arena.

Las reglas son variadas, aunque mayormente se enfrentan dos personas contra otras y deben turnarse para golpear la pelotita en la red.

El spikeball parece haber perdido terreno entre la preferencia de los turistas

A mí dejame el tejo. Ya no estoy para esas cosas”, Carlos, de 63 años, vecino del oeste bonaerense, mientras desafiaba a su nieto en un duelo sobre la arena.

El tejo, un juego que evoca prácticas ancestrales de las comunidades andinas, sigue siendo el pasatiempo preferido. Este jueves por la tarde, en un recorrido desde el muelle hasta la bajada de Avenida Bunge, se contaron al menos siete partidos en simultáneo. Y a medida que cae el sol, los duelos se multiplican. En uno de ellos, la familia Rodríguez hacía notar su entusiasmo. “Mirá que se preparó, ¿eh?”, alzó la voz una mujer antes de que una adolescente lanzara un disco de madera. Tras el lanzamiento, los gritos de celebración volvieron a llenar el aire.

Fotos: Pablo Kauffer

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