WASHINGTON.- La difusión del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) sobre el nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) ofreció un primer y muy escueto vistazo al programa que se prepara para sellar el Gobierno, pero no llegó a despejar todas las dudas sobre el futuro programa y además dejó abierto el interrogante acerca del impacto que tendrá la decisión –novedosa– de la Casa Rosada de buscar el respaldo pleno del Congreso con un decreto en vez de una ley ante la férrea oposición que enfrenta el presidente Javier Milei, sobre todo en el Senado.
Aunque el Fondo fue muy claro que la decisión de buscar el respaldo del Congreso responde a una exigencia legal de la Argentina, y no un pedido concreto del organismo, también reiteró uno de sus mensajes más recurrentes: un “amplio apoyo” social y político es crucial para asegurar el éxito del nuevo programa económico. Una rúbrica del Congreso al acuerdo enviaría una señal al board del Fondo de que el plan del Gobierno tiene respaldo, y además el oficialismo tiene la suficiente envergadura política para aprobar reformas e implementar con éxito su hoja de ruta.
Pero la decisión del Gobierno de avanzar con un DNU en vez de una ley conlleva una novedad que planteó el interrogante de si esa estrategia será suficiente para terminar de convencer a los directores del Fondo de firmar un nuevo cheque para la Argentina, el principal deudor del organismo.
El expresidente Mauricio Macri dijo que la decisión de mover el acuerdo por el parlamente con un decreto en vez de una ley –una búsqueda de apoyo que su administración nunca ensayó– “demuestra la debilidad institucional en que estamos y no ayuda a generar confianza”. La oposición argentina también ha sido muy crítica con la falta de detalles sobre el nuevo pacto con el Fondo, un mar de dudas que comenzará a despejarse cuando el organismo difunda el acuerdo técnico, o “staff level agreement”, que permitirá conocer el monto total y algunas de las políticas acordadas entre el Fondo y el Gobierno.
Pero en Washington le restan importancia a los vaivenes y los matices políticos que desató la decisión de avanzar con un decreto en vez de una ley para mostrar respaldo del Congreso al plan oficial. El DNU tiene fuerza de ley, y la Casa Rosada solo necesita la aprobación de una de las cámaras para sostenerlo. Si el Gobierno logra una votación favorable en la Cámara de Diputados –algo factible–, el decreto quedará en pie y la administración libertaria podrá llevarlo al board. El Directorio del Fondo ya aprobó en su momento el plan de Alberto Fernández y Martín Guzmán aun cuando el kirchnerismo de paladar negro, incluidos Máximo Kirchner y Cristina Kirchner, que era vicepresidente, le bajaron el pulgar. Y el Directorio también aprobó el mayor préstamo de la historia del Fondo a Macri, aun cuando la administración macrista nunca buscó el apoyo del Congreso.
A diferencia de Fernández y Macri, Milei llega al nuevo acuerdo con varios pergaminos: un superávit fiscal consolidado, una baja de la inflación y una recuperación de la economía. Además, Milei ya tomó medidas que están mucho más alineado con las exigencias y las condicionalidades del Fondo que las dos administraciones anteriores. Y una diferencia que no es menor: sea cual sea el monto final del programa, todo indica que será mucho menor al monto que pidieron y obtuvieron Alberto Fernández y Mauricio Macri.
Milei cuenta además con una as de espadas en el board: el apoyo del gobierno de Donald Trump. El presidente norteamericano le ha dedicado ya varios elogios públicos, y el Tesoro puso por escrito sus loas al programa económico que lidera el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo. Estados Unidos es el único país con poder de veto en el directorio, y su respaldo es mucho más determinante que el del resto de los socios más grandes, como Japón o Alemania.
Milei también ha cosechado además elogios de la directora Gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, que además ha tejido una buena relación con el Presidente en sus encuentros cara a cara y ha dado también continuas muestras de sintonía y apoyo con la política económica oficial.
Y un dato sobre el contexto político general en el que se tomará la decisión sobre el préstamo de la Argentina: Trump es el presidente que más decretos firmó en el inicio de su gobierno en la historia, y, de momento, su administración ha ignorado ampliamente al Congreso para implementar las principales medidas de su nueva administración.
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