martes, 24 diciembre, 2024
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Pep Guardiola sin Julián Álvarez: piensa en un reset en Manchester City, en una temporada que amenaza destrozar su legado

Un día cualquiera, a Julián Alvarez se le escapó una verdad escondida. Quería jugar más, ser protagonista, escapar al letargo del salvador de los minutos finales en Manchester City, habitualmente el mejor equipo del mundo. Pep Guardiola no lo tomó nada bien. “Leí que quiere jugar más y va a pensar su futuro. Que lo piense y nos informe”, exclamó, en un principio.

Evidentemente, el técnico convertido en leyenda no lo tomó con agrado. “Jugó mucho, pero quiere más, está bien. Por eso, que lo piense… Y cuando termine de pensar nos informará. Sé que quiere jugar en los momentos importantes, pero los otros también. Tenemos 18, 19 jugadores que también quieren jugar en partidos importantes. Leí que quiere pensar, está bien: que lo piense”, sostuvo. Y le abrió la puerta del adiós, de par en par.

Pep Guardiola felicita a Julián Álvarez, figura de un triunfo del City ante West Ham Kin Cheung – AP

El 6 de agosto pasado, el crack del seleccionado, indispensable en el exitoso Mundial de Qatar, pasó al Atlético de Madrid de los campeones mundiales, bajo la órbita de Diego Simeone, a cambio de una cifra exorbitante. El pase costó 75 millones de euros, más 20 millones en objetivos. Sufrió un poco en el prólogo de la nueva historia y hoy, ahora mismo, es una de las figuras de un esquemático 4-4-2, juega de “delantero por afuera”, marcó cinco goles en la Liga, en la que el Aleti está tercero, a dos puntos de Barcelona, el líder y a uno de Real Madrid. La Champions le cuesta un poco más: está 15° en la tabla general.

Imprescindible para Lionel Scaloni, cada día más a gusto con el Cholo, recordó días atrás la traumática salida. Los chispazos finales con el catalán. “Le agradecí por los dos años, por la confianza, por el trato, por todo lo que aprendí y por todo lo que viví”, avisó.

Y siguió: “Él también me agradeció porque fueron dos años increíbles. Nunca hice ningún problema. Y ayudé para lograr cosas muy lindas en el club. No creo que haya sido de una forma mala. Yo siempre hablé con total sinceridad, lo que dije en ese momento puede haber sonado un poco mal, pero se agranda por redes sociales, por los medios y era lo que yo sentía. Simplemente dije que iba a hacer un análisis de lo que había pasado y proyectar lo que podía venir en el futuro”.

Otra vez como delantero (aunque llegó a actuar como “falso 3″ en el fogoso conjunto español), en el City actuó en todas las posiciones posibles. Casi siempre, lejos del área al menos en la explosión inicial. “Me pude adaptar a jugar en distintas posiciones, de distintas maneras. La ubicación de los espacios, de tratar de encontrar el jugador libre y ese tipo de cosas”, relató el atacante del seleccionado, en una charla con ESPN. Pep, ahora mismo, lo debe estar extrañando.

No lo dice públicamente, pero es un hecho. Sin Julián, tiene pesadillas: la temporada del City (falta un siglo para acabarla, claro está) es un fracaso, más allá de la nómina de lesionados, que incluyen a Rodri, el Balón de Oro. Un rubro en el que el cordobés no suele estar: siempre al galope, evade las lesiones. De 18 partidos entre Premier League y Champions sin Álvarez, solo ganó 9 encuentros. De los otros 9, el City empató 4 (uno, el 3-3 con Feyenoord, después de estar 3-0) y perdió 5 (de los últimos 6 disputados).

Está a 11 unidades de Liverpool, el líder doméstico, con quien perdió este domingo y hasta los fanáticos de Anfield le pidieron burlonamente que renunciara. En la Champions League está en el puesto número 17. Y además, quedó eliminado de los octavos de final de la Copa de la Liga, en un 2-1 con Tottenham.

Nervioso como nunca antes (hay que remontarse a la prehistoria para encontrar una serie negativa semejante en su historial), Guardiola les recordó su legado con seis dedos dirigidos a la popular hinchada de los Reds, uno por cada una de sus Premier Leagues ganadas; ahora, afronta la 14ª jornada obligado a hacer un “reset” urgente.

“Cuando tu ganas, te ríes, cuando ellos ganan, ellos ríen. Es parte del juego”, advirtió Guardiola sobre su gesto, en respuesta al cántico de la afición del Liverpool. “¡Serás despedido por la mañana!”, le dedicaron al español. “Lo siento mucho, no esperaba que Anfield cantara lo del despido… Tal vez merezco ser despedido, vistos los resultados que hemos tenido”, añadió Guardiola, una ironía más.

“Tenemos que hacer un reset y comenzar desde cero. Veremos lo que pasa hasta el final de temporada. Hay que aceptar la situación y construir desde ahí”, explicó. El City debe empezar la reconstrucción: se trata del único equipo de la Premier League que no sumó puntos en noviembre, ni tampoco en el primer encuentro de diciembre; este miércoles, se cita ante el Nottingham Forest, una de las revelaciones del curso, sexto a un punto del vigente campeón.

El gesto de Pep Guardiola a los hinchas de LiverpoolIan Hodgson – AP

Por supuesto: las bajas fueron una de las claves de su declive. Sin el número 5 aclamado por los especialistas y que recién volverá a mediados de 2025, ni Mateo Kovacic, el principal candidato para suplirlo en el mediocentro, pero también sin la mejor versión de John Stones, ni Kevin De Bruyne, Jérémy Doku, éste último “beneficiado” en la teoría por la salida de Julián. Porque ese es otro punto: ¿quién ocupa su lugar?

El cordobés no siempre era titular, pero tenía la capacidad de convertirse en un revulsivo imprescindible. Y solía atacar todos los frentes: su posición, como un moderno “falso 8″, fue portada hasta de revistas no especializadas en el fútbol. Detrás de Erling Haaland, hay un ejércitos de delanteros/volantes que ocupan esa posición, pero repartida entre todos. Rico Lewis, Phil Foden, Matheus Nunes, Jack Grealish, Savinho…

En broma, en redes sociales y en otros ámbitos, se suscribe la tendencia “la maldición de Julián”. De todos modos, fue el cordobés quién tomó la decisión de volar, en busca de un mayor protagonismo. Y no debe haber sido fácil salir de la luz del City de Guardiola, un equipo de época, una réplica menor a su Barcelona (Messi, Xavi, Iniesta y sus versiones), para muchos el mejor de todos los tiempos.

Pep Guardiola, pensativo durante el partido ante LiverpoolIan Hodgson – AP

Tal vez, lo que solía hacer Julián (algunas veces suplente) no lo puede conseguir ningún otro intérprete. Sus números en dos temporadas son asombrosos. Seis títulos: dos de la Premier League, Champions, la FA Cup, la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes. Disputó 103 partidos en el City: sólo dos jugadores actuaron más en el equipo desde el inicio de la temporada 2022/23. Y metió 36 goles (en 53 “estuvo directamente involucrado”).

Y hay más datos que explican la crisis celeste por su ausencia: lanzó 180 córners en su estadía (el segundo en ese rubro), completó ¡930! pases en el último tercio del campo y fue quinto en “oportunidades creadas”, con 130 (según cifras de Opta). “No estamos acostumbrados a esto. Están ocurriendo muchas, muchas cosas…”, advierte el catalán, que se toma la cabeza cada vez más a menudo.

“Estos jugadores me dieron la oportunidad de liderar quizás los mejores años de mi vida. Todo lo que puedo hacer es encontrar una solución. Llámenme delirante o algo así, pero tengo la sensación de que intentaremos reconstruir nuestra confianza”, ve el vaso medio lleno. Con Julián en otra liga, en otro país.

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