Una gigantesca infraestructura de estética futurista, rematada con un gran anillo de hormigón y cristal puede verse desde diferentes puntos de la ciudad. Es el Halo, una torre con dos ascensores que se proyectó con el objetivo de comunicar la estación de trenes con la parte baja de la ciudad y que se ha convertido en un nuevo icono de la ciudad.
Porque, si hay algo que simboliza a Vigo (más allá de su celebérrima iluminación navideña) son sus cuestas. Y también los nuevos hitos arquitectónicos que nacieron, precisamente, para conciliar su empinada orografía con el día a día de sus habitantes. El medio natural marca la historia del desarrollo urbano de Vigo, íntimamente relacionada con la dificultad orográfica. El tejido urbano de Vigo creció en torno a la ladera del monte del Castro (más de 140 m de altitud) y en esa misma ladera se enclava el núcleo primitivo de la ciudad, amurallada antiguamente, conocido como Casco Vello, entre el Castillo de San Sebastián y la propia dársena portuaria.
En algunos casos supone pendientes superiores al 12% y en muchos tramos el acceso mediante escaleras suponen salvar un importante desnivel con pendientes superiores al 20%. En general, gran parte de los recorridos transversales del Casco Vello suponen grandes dificultades al caminar.
En los últimos años, el Concello de Vigo viene desarrollando un ambicioso plan de mejoras, con una inversión superior a los 300 millones de euros en obras de humanización en más de 1.000 calles del centro urbano y del rural.
Esta apuesta ha ido transformando la imagen de la ciudad basándose en la seguridad vial, prioridad peatonal y transporte público, eficiencia en los servicios urbanos, más verde y armonía en el diseño de los espacios.
Halo, movilidad sostenible y uno de los miradores favoritos de Vigo
La comunicación de la estación-Vialia hacia el margen Norte presenta un elevado desnivel de más de 40 metros, sumado la existencia de la autopista AP-9 hacen que la conectividad peatonal desde la zona litoral residencial de la ciudad baja (García Barbón y Rosalía de Castro), no exista de un modo directo hacia zona más alta de (Vía Norte y Urzaíz), salvo mediante recorridos retorcidos, de pendientes incómodas y de trazado perimetral alejado, a pesar de estar aproximadamente a 70 metros de distancia en planta.
De cara a resolver la dificultad de la definición de una conexión peatonal adecuada entre las calles García Barbón y Vía Norte, y teniendo en cuenta la relevancia del entorno, la complejidad y la funcionalidad necesaria, el Concello de Vigo convocó concurso de proyectos, decantándose por el proyecto Halo.
Es una torre 50 metros de altura con dos ascensores rematada en un inmenso arco de 90 metros de diámetro que sobrevuela una autopista y sus accesos. Fue concebida para conectar la parte baja de la ciudad con el barrio de Casablanca, una zona de altísima densidad poblacional. Desde su puesta en marcha en febrero de 2024, ya ha realizado dos millones de viajes. Pero no es sólo una obra que mejora la movilidad peatonal y apuesta por la sostenibilidad, sino que se trata de una obra arquitectónica que se ha convertido en uno de los miradores favoritos de la ciudad.
Vigo Vertical: la ciudad se transforma
A la par de este proceso, desde hace una década y más intensamente desde 2015, se ha dado un paso más en el intenso plan de humanizaciones citado, con lo que se ha dado en llamar el proyecto ‘Vigo Vertical’, un amplio número de actuaciones encaminadas a continuar con la mejora de la movilidad sostenible, potenciando la conectividad de distintas áreas de la ciudad, con instalación de elementos mecánicos (rampas, escaleras, ascensores,etc.) que posibilitan salvar las dificultades orográficas y sirven como elementos que facilitan el tránsito peatonal como modo eficiente para los desplazamientos urbanos.
La estrategia global ‘Vigo Vertical’ pretende consolidar un modelo urbano sostenible económica, social y ambientalmente, que consiga alcanzar otros hitos (además de los ya indicados sobre la movilidad):
- La recuperación del espacio urbano para las personas.
- La implementación de nuevos criterios en equipamientos públicos generando nuevas zonas urbanas de bajas emisiones.
- Incorporar a los grupos más vulnerables en el modelo de desarrollo urbano.
- Consolidar el avance de las nuevas tecnologías como elemento estratégico para generar indicadores sobre la mejora de la calidad de vida para la ciudadanía, potenciando la capacidad analítica del área Smart City de Vigo.
La transformación urbana sostenible que se está llevando a cabo en Vigo es ya una realidad. Sus proyectos han conseguido integrarse en la ciudad como un modelo de éxito ya consolidado tanto por el gran respaldo social, que están consiguiendo una acción de minoración del distanciamiento vertical existente, como por su gran incidencia en la consecución de nuevas áreas de convivencia urbana y el consiguiente equilibrio urbano, siendo el peatón el gran protagonista, alineándose con los objetivos estratégicos de la Agenda Urbana Española.
El Halo y las rampas de la Gran Vía son dos ejemplos de éxito.
Rampas de la Gran Vía, estética y comodidad al servicio de la movilidad sostenible
Obra ya en uso en el tramo de la Gran Vía más reconocido por su importancia a nivel comercial, turístico y por su alta densidad poblacional que lo convierten en un referente histórico de la ciudad. La actuación incluyó la incorporación de elementos de transporte mecánico que facilitan la movilidad peatonal en el entorno urbano con una pendiente del 9%, salvando un desnivel de 50 m, favoreciendo el desplazamiento de personas con dificultades de movilidad al mismo tiempo que se plantea una ambiciosa reordenación y regulación del viario urbano para fomentar la movilidad peatonal general, el uso del transporte público y ciclista, generando además rutas de carácter histórico y artístico en el mismo ámbito, todo ello encajado en un diseño funcional y moderno que genera una imagen propia en la ciudad.
Para la implantación del corredor mecánico peatonal se ha empleado el bulevar central de la calle, que proporciona una zona cubierta para personas que deseen estar en un espacio urbano agradable y accesible, separado del tráfico rodado motorizado. Para convertir los trayectos a pie en más atractivos frente a otros modos de transporte, se han incorporado elementos vegetales, con árboles que atraviesan la estructura de vidrio de cerramiento de la cubierta, creando un espacio singular, con paneles interactivos, puntos wifi, hilo musical, jardín vertical, etc. Son en total 400 metros de rampas, que realizan más de 14 millones de viajes al año y que se valen de la estética y la comodidad para promover la movilidad sostenible.
De hecho, esta iniciativa ha recibido numerosos premiso y reconocimientos, como el Premio Semana Europea de la Movilidad Sostenible 2021 que otorga el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico; o el Premio Proyecto del Año 2021 que concede la publicación Elevator World y que ha premiado también otras iniciativas en ciudades como Melbourne, Nueva York, Jerusalén o Hong Kong. Estos galardones se suman al recibido ya en el año 2018 cuando la Comisión Europea entregó a Vigo el Access City Award, que reconoce la labor en favor de la accesibilidad y movilidad ciudadana.
Un reconocimiento al Vigo Vertical que sigue sumando más ascensores, rampas y escaleras mecánicas.